A propósito de todas las consideraciones que pueden hacerse acerca de los que constituye un ideal a realizarse en la vida de cada ser humano, corta o prolongada, de rico o de pobre, de joven o de anciano, de hombre o de mujer, recuerdo un maravilloso cuento de Las Mil y Una Noches, esa joya de la literatura y filosofía árabes, de cuya maestría han recibido sabias lecciones los mejores talentos literarios del mundo europeo y americano.
El cuento se llama, si mal no recuerdo -lo leí cuando tenía aproximadamente de diez a doce años- se llama, repito, EL PAJARO QUE HABLA, LA FUENTE QUE LLORA Y EL ARBOL QUE CANTA.
Los nombres de los personajes no interesan para revelar su contenido; y sobre todo para encontrar el corolario educativo de su texto.
Se trata de tres príncipes hermanos, de veinte años el primero, de diecinueve el segundo y de dieciocho el tercero, que es una linda princesa de generoso corazón y animoso empeño. Los tres han tenido noticia de que en la cúspide de una montaña lejana, negra como de lava calcinada y de difícil y peligroso acceso, se encuentran encantados por un mago, un príncipe apuesto bajo la forma del pájaro que habla y su palacio y jardines bajo las formas de la fuente que llora y el árbol que canta. Quien logre llegar a lo alto, romperá el misterio y conquistará riquezas y felicidades para siempre.
El cuento se llama, si mal no recuerdo -lo leí cuando tenía aproximadamente de diez a doce años- se llama, repito, EL PAJARO QUE HABLA, LA FUENTE QUE LLORA Y EL ARBOL QUE CANTA.
Los nombres de los personajes no interesan para revelar su contenido; y sobre todo para encontrar el corolario educativo de su texto.
Se trata de tres príncipes hermanos, de veinte años el primero, de diecinueve el segundo y de dieciocho el tercero, que es una linda princesa de generoso corazón y animoso empeño. Los tres han tenido noticia de que en la cúspide de una montaña lejana, negra como de lava calcinada y de difícil y peligroso acceso, se encuentran encantados por un mago, un príncipe apuesto bajo la forma del pájaro que habla y su palacio y jardines bajo las formas de la fuente que llora y el árbol que canta. Quien logre llegar a lo alto, romperá el misterio y conquistará riquezas y felicidades para siempre.
Los tres hermanos deciden hacer tan valiosa conquista y disponen que el primero que hará el intento será el mayor de ellos, dándole un plazo de tres años para que vaya y regrese victorioso o derrotado; en caso de que sufra alguna desgracia, los que se quedan en casa lo sabrán por medio de un espejo mágico que les ha dado su consejero, que se empañará cuando algo grave le ocurra al viajero y permanecerá brillante si todo va con buen resultado.
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